En la zona de Mesopotamia, las regiones entre los ríos Tigris y Éufrates, donde según la Biblia se encontraba el Paraíso terrenal, nos adentraremos en el Imperio de Babilonia, para revivir la obra literaria más antigua de la especie humana encontrada hasta el momento.
Gilgamesh es un personaje legendario de la mitología sumeria y babilónica, hijo de la diosa Ninsun y de un sacerdote llamado Lillah, fue gobernante del distrito de Kulab y quinto rey de la ciudad Uruk hacia el año 2650 A. C.
Cuenta la leyenda que los ciudadanos de Uruk, viéndose oprimidos, pidieron ayuda a los dioses, quienes enviaron a un personaje llamado Enkidu para que luchara contra Gilgamesh y le venciera. Pero la lucha se torna muy pareja, sin un vencedor claro. Finalmente, Enkidu reconoce a Gilgamesh como rey y los dos luchadores se hacen amigos. Juntos deciden hacer un largo viaje en busca de aventuras, en el que se enfrentan a animales fantásticos y peligrosos.
En su ausencia, la diosa Inanna cuida y protege la ciudad. Ella, declara su amor al héroe Gilgamesh, pero este lo rechaza, provocando la ira de la Diosa, quien, airada por semejante afrenta y osado desprecio, suplica a su padre el dios An, padre de todos los dioses y señor del panteón sumerio, le envíe el descomunal Toro de las tempestades para que ataque y mate al insolente héroe y destruya la ciudad entera.
El toro enviado en desagravio de la diosa, es de una corpulencia y fuerza monumental. Ancho de sienes, amplios, ofensivos y astifinos pitones, intenciones, embestidas y acometidas furibundas, que hacen de esta bestia, uno de los animales más terroríficos de la historia de la mitología.
La lucha se presume larga, sangrienta y desigual, y al final se dislumbra la tragedia. Pero al héroe une sus fuerzas Enkidu, el amigo inseparable, y entre ambos dan muerte al Toro de las tempestades, salvando sus vidas y a la ciudad entera.
Tras esta impresionante derrota, el héroe Gilgamesh se gana el respeto de los Dioses y el estatus de divinidad entre el pueblo de Uruk; quienes le construyen un fabuloso palacio, como regalo por salvarlos de la furia de los Dioses, en cuya entrada principal, dos imponentes figuras de toros alados semi echados representan su victoria sobre su mortal enemigo.
Es esta antigua leyenda Babilónica la que sirvió de inspiración, para que S.R.M. Yaileen Yousett González Rodríguez saliera a triunfar este domingo de carnaval, este es el regalo que le hace Calle Abajo a la reina de allá, hoy día de su cumpleaños, una indiscutible derrota y un carnaval que desde ya les es amargo.
La carroza que transporta a nuestra regia majestad, es una representación del hermoso palacio babilónico que los ciudadanos de Uruk le obsequiaron a su héroe. Dos impresionantes toros alados semi echados, custodian la parte frontal de nuestro carro alegórico.